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Virgen de la Medalla Milagrosa 

La leyenda de la Medalla Milagrosa puede resumirse en tres actos fundamentales: la aparición de la Virgen, el mensaje que transmitió y la propagación de la medalla. Lo que le sucedió a la monja parisina Catherine Labouré en el siglo XIX es uno de los milagros marianos más conmovedores. 

Aquella joven vidente recibió de la Virgen la misión de acuñar una medalla con una imagen y unas inscripciones específicas. Poco tiempo después empezaron a conocerse las numerosas curaciones y conversiones asociadas a ella, lo que la haría merecedora del nombre de «Medalla Milagrosa». 

Si quieres conocer con más detalle este milagro y averiguar en qué iglesia puede encontrarse hoy la apreciada efigie mariana que se le apareció a Santa Catalina, te invitamos a continuar leyendo este artículo que relata los sucesos de forma amena y respetuosa con la historia de este popular símbolo de fe católica. 

 

Historia de la Virgen de la Medalla Milagrosa 

La Virgen de la Medalla Milagrosa tiene su origen en las tres apariciones marianas ocurridas en 1830 a Santa Catalina Labouré, una monja vicentina que pertenecía a las Hijas de la Caridad y que vivía en París. Durante una de las apariciones, la Virgen le pidió a Santa Catalina que hiciera acuñar una medalla según le indicó, prometiendo que todas las personas que la llevaran recibirán gracias especiales. 

La medalla lleva en el anverso la imagen de la Virgen Inmaculada pisando una serpiente y con los brazos abiertos de los que salen rayos, mientras que en el reverso presenta las letras M y A entrelazadas, el Sagrado Corazón, el Inmaculado Corazón y 12 estrellas. El mensaje que lleva grabado la Medalla Milagrosa dice «Oh Maria, sin pecado concebida, reza por nosotros quienes hemos acudido a ti – 1830«. 

Inicialmente, la medalla se llamó de la Inmaculada Concepción, pero debido a los numerosos milagros y conversiones que se le atribuyeron, recibió el nombre popular de Medalla Milagrosa. 

 

¿Qué se le pide a la Virgen de la Medalla Milagrosa? 

A Nuestra Señora de las Gracias de la Medalla Milagrosa se le piden principalmente algunas de estas gracias: 

  • Protección y bendiciones en los momentos de necesidad. 
  • Paciencia, perdón y fortaleza interior para superar situaciones difíciles o momentos de debilidad espiritual. 
  • Sanación, tanto a nivel físico como para sanar vicios o cambiar de comportamientos nocivos. 
  • Favor divino y fe para que se cumplan los anhelos y propósitos más profundos del corazón. 

Por supuesto, muchos fieles hacen otros tipos de peticiones en función de sus necesidades, pero estas son las más habituales. 

 

¿Dónde está la Virgen de la Medalla Milagrosa? 

El santuario de la Virgen de la Medalla Milagrosa se encuentra en la capilla de las apariciones situada en el convento de las Hijas de la Caridad, en el número 140 de la calle du Bac de París, en un punto intermedio entre la Catedral de Notre-Dame y los Campos Elíseos.  

Allí pueden verse también los restos incorruptos de Santa Catalina Labouré. 

Este lugar se ha convertido en un importante centro de peregrinación mariana, al que acuden fieles de todo el mundo para pedir amparo, protección e intercesión a la Virgen de la Medalla Milagrosa. 

 

¿Cuándo es la fiesta de la Virgen de la Medalla Milagrosa? 

La fiesta de la Medalla Milagrosa de la Inmaculada Concepción se celebra el 27 de noviembre, día en el que se conmemora la aparición de la Virgen a Santa Catalina Labouré y el encargo de acuñar la medalla. 

El 27 de noviembre suele ser también el día escogido para celebrar la novena en honor a la Virgencita de la Medalla Milagrosa, con el rezo del rosario y la oración propia durante nueve días. 

 

Leyenda de la Virgen de la Medalla Milagrosa 

En una noche de verano de 1830, la hermana Catherine Labouré se encontraba orando en su celda cuando de repente vio aparecer a un niño que le pidió ir a la capilla. Una vez allí, para su sorpresa, apareció ante ella la Virgen María, más radiante que nunca. Catalina y la Virgen mantuvieron entonces una larga conversación durante horas. La novicia quedó maravillada por las palabras de la Madre de Dios. Pasaron los meses y el 27 de noviembre, mientras oraba de nuevo, Catalina fue testigo de otra aparición mariana. 

Esta vez vio a María erguida sobre la media esfera del mundo, con sus manos extendidas y rayos de luz que salían de sus dedos y caían sobre la Tierra. La Virgen le explicó el significado de esta visión. Más adelante, el 19 de septiembre de 1831, la Virgen se le apareció por tercera ocasión a Catalina. Le mostró la hermosa inscripción que ceñía su figura y le pidió que acuñara una medalla con el diseño de sus apariciones.  

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